El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama abarca unas 34000 hectáreas y, además, dispone de otras 63000 ha de zona periférica protegida, comprendiendo territorios y municipios tanto de Madrid como de Castilla y León. Su fauna comprende más de 250 especies de vertebrados; su flora más de 40 especies de interés y más de 80 endemismos.
Es un lugar ideal para calmar la ansiedad que se acumula en la metrópoli, para buscarse a uno mismo y desconectar de lo habitual, para dejar volar los sueños y para realizar cualquiera de las múltiples actividades relacionadas con la naturaleza que se desee.
Para ello se ha dispuesto, en las sucesivas pestañas del blog, algunas de las principales posibilidades que ofrece el entorno para deleitarse con el campo, bien realizando alguna actividad deportiva bien buscando sencillamente su contemplación; se describen rutas y áreas agradables para realizarlas sólo o acompañado y se ofrece la posibilidad de alojamiento en distintas estancias primorosamente dispuestas para disfrutar todos los días que se desee.
Localización:
En la Urbanización Peña Real, en Soto del Real, a medio camino entre Madrid y Segovia, en un emplazamiento paradisíaco.
En los alrededores del lugar se puede contemplar y disfrutar de los monumentos y de la cultura de la Sierra de Madrid, así como de un rico patrimonio histórico.
En Soto del Real: Puente Medieval e iglesia
En la zona serrana se descubren los bosques de robles, encinas, quejigos y fresnos, todo ello previo al pinar de cotas más altas, y salpicado en algunos rincones con chopos, acebos, enebros u otros.
No faltan las praderas. Como plantas aromáticas destacan por encima de cualquier otra la lavanda y el tomillo, mientras que de interés son también algunas matas como el esparto, el rosal silvestre, la retama, la zarzamora, al igual que los distintos cardos y un largo etcétera de variedades.
En época adecuada, generalmente el otoño (octubre) y ocasionalmente en abril, se pueden encontrar abundantes setas, como la Macrolepiota procera, Agaricus campestris (champiñon de campo), seta de cardo u otras.
No faltan las aves, grandes rapaces como el buitre leonado y, en ocasiones, el negro, el ratonero y el milano. Otras más corrientes y pequeñas como golondrinas, hurracas, rabilargos, mirlos, grajillas, tórtolas, estorninos, herrerillos, carboneros, verderón, petirrojo, gorriones o incluso alguna abubilla. Tampoco es difícil encontrar durante un recorrido conejos y, ocasionalmente, algún zorro o jabalíes, así como culebras, lagartos y lagartijas.